¿Escuchan las Carpas Kois?
Los peces necesitan algo más que unos buenos
ojos para buscarse la vida en su mundo. Debido a la absorción y a la dispersión
de los rayos de luz, ver bajo el agua es parecido a ver a través de una densa
niebla: las formas pierden definición, los colores cambian y los objetos sólo
resultan visibles a una distancia que, en la mayoría de las aguas que pescamos,
no llega al metro. Afortunadamente para los peces, las limitaciones que el agua
le impone a la visión, están compensadas con las excelentes condiciones que
ofrece para oír.
El sonido viaja en ella cinco veces más rápido que en el aire y recorre mayores
distancias, la marina americana desclasificó hace algunos años unos estudios
que te ayudarán a hacerte una idea de la magnitud de las distancias que el
sonido recorre en el agua. En esos estudios se revela que los océanos están
entrecruzados por franjas de agua muy fría y densa que actúan como túneles por
los que el sonido viaja sin apenas perder energía.
Algunos expertos en cetáceos aseguran que las ballenas los utilizan para
comunicarse a través de toda la cuenca del océano.
En el mundo subacuático del oído adquiere una importancia especial. Por eso no
es de extrañar que los peces no tengan uno, sino dos sistemas sensoriales para
detectar el sonido. Uno, el oído propiamente dicho, entra en acción a larga
distancia; el otro, la línea lateral, es especialmente efectivo en el entorno
inmediato del pez.
Por mucho que le busques las orejas a una carpa o a un barbo, no se las
encontrarás. Pero, aunque no las tengan, los ciprínidos poseen uno de los
sistemas auditivos más desarrollados entre los peces. Sus dos oídos, situados
uno a cada lado del cerebro, se diferencian de los nuestros en que están
aislados del exterior; pero en lo fundamental son muy similares. Están formados
básicamente por tres cámaras llenas de líquido, en las que se alojan unas
células dotadas de una especie de pelos muy sensibles con los que captan las
ondas sonoras y las convierten en un impulso nervioso que envían al cerebro.
Una vez que lo ha analizado, el cerebro informa al pez del origen y significado
de las ondas: llegada de comida, zambullida de cormorán, competidor
acercándose, etc.
El sistema auditivo de los ciprínidos (y entre los peces que más conocemos,
también el de los siluros y peces gato) incluye un dispositivo, conocido como
el aparato de Weber, que les permite reconocer gama de sonidos mayor que los
peces que no disponen de él. Está formado por una cadena de tendones y
huesecillos derivados de las cuatro vértebras anteriores que conectan la vejiga
natatoria con el oído. Gracias a esa conexión, la vejiga natatoria actúa como
una caja de resonancia que aumenta significativamente la capacidad auditiva de
nuestros peces.
Aunque el oído de los peces y el de los humanos son muy similares, nosotros
detectamos sonidos inaudibles para ellos, y ellos pueden oír otros que resultan
imperceptibles para nosotros. La razón de esas diferencias es que cada animal
solo puede “sintonizar” sus oídos a un rango de frecuencias que varía de uno a
otro. La mayoría de humanos adultos pueden oír sonidos que van de 25 hasta
16.000 hertzios, y los que mejor oímos son los que se sitúan entre 3.000 y
4.000, la banda de frecuencias que produce la voz humana al hablar.
Considerados en conjunto, los peces son particularmente sensibles a los sonidos
entre 30 y 3.000 hertzios, pero cada especie tiene su propio rango de audición.
Por ejemplo el carpín oye sonidos situados entre 5 y 2000 hertzios, con una
sensibilidad más acentuada para los sonidos de alrededor de los 400 hertzios.
En cambio, el oído del tiburón (que carece de vejiga natatoria) sólo detecta
las frecuencias situadas entre 10 y 800 hertzios, y está especialmente adaptado
para oir sonidos de muy baja frecuencia, como los que emite un pez moviéndose
con dificultad.
Consejos:
1) No golpear los vidrios de un
acuario
2) No someter los peces a ambientes con sonidos fuertes
3) No golpear en el entorno de nuestros estanques
4) Las cascadas deben deslizar no caer como agua en forma violenta
5) La música suave y armoniosa es agradable para nuestras kois
LIONFISHAQUARIUM (2014)